Bogotá. La Plaza de Bolívar se transformó en un espacio de memoria y denuncia ciudadana. Cientos de peluches, globos y objetos simbólicos fueron dispuestos en el corazón de la capital para rendir homenaje a los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual en Colombia, una problemática que sigue golpeando con fuerza al país.
El acto, organizado por colectivos ciudadanos y entidades defensoras de la niñez, buscó visibilizar la magnitud de este flagelo y, al mismo tiempo, enviar un mensaje de prevención frente a los riesgos que enfrentan los menores. Los juguetes infantiles, extendidos en el suelo de la plaza, simbolizaron la inocencia arrebatada a quienes han sufrido abuso y explotación.
De acuerdo con cifras de organizaciones sociales, cada año se registran miles de denuncias por violencia sexual contra menores en Colombia, lo que convierte este delito en una de las violaciones más graves y persistentes de los derechos humanos. Los promotores del evento insistieron en que el país requiere no solo atención integral para las víctimas, sino también medidas de prevención más sólidas y sanciones más severas contra los agresores.
Durante la jornada, se leyeron mensajes de solidaridad, se levantaron pancartas con exigencias de justicia y se interpretaron canciones que recordaban la importancia de proteger la infancia. Padres de familia, líderes sociales y ciudadanos anónimos participaron de manera activa, bajo la consigna de que el silencio no puede ser cómplice.
La imagen de la Plaza de Bolívar cubierta de peluches quedó como un símbolo de resistencia y un llamado urgente a la acción. Más allá de la denuncia, los organizadores esperan que este gesto sirva de impulso para generar cambios reales en la manera en que la sociedad enfrenta la violencia sexual contra los menores y fortalecer así una cultura de cuidado y respeto hacia la infancia.

Nota por: Dexter Nai.