Internacional. Disney atraviesa una tormenta mediática tras la suspensión indefinida del programa Jimmy Kimmel Live!. La decisión ha sido interpretada por numerosos actores, actrices y creativos de Hollywood como un atentado contra la libertad de expresión, lo que ha motivado un creciente boicot contra la compañía.
El origen de la protesta
La cancelación del programa conducido por Jimmy Kimmel generó indignación inmediata en la industria televisiva y cinematográfica. Lo que en principio parecía una decisión administrativa de Disney, propietaria de ABC, rápidamente escaló en un asunto político y cultural, con implicaciones para toda la comunidad artística.
Voces de la industria contra Disney
Entre los primeros en pronunciarse estuvo Damon Lindelof, creador y guionista de Lost, quien afirmó que no volverá a colaborar con Disney mientras el programa de Kimmel siga fuera del aire.
El actor Pedro Pascal compartió una fotografía de una de sus visitas al show y se declaró en solidaridad con el presentador, llamando a “defender la Libertad de Expresión” y la “Democracia”.
La actriz Tatiana Maslany, protagonista de She-Hulk, utilizó sus redes sociales para invitar a cancelar suscripciones de Disney+ y Hulu, mientras que Marisa Tomei, recordada por su papel de tía May en Spider-Man, también instó a sus seguidores a sumarse al boicot.
Un boicot que gana fuerza
El periodista especializado Matthew Belloni señaló que más talentos están evaluando sumarse a la protesta, con compromisos similares al de Lindelof: no volver a trabajar con Disney a menos que Jimmy Kimmel Live! regrese a la pantalla.
El boicot se está manifestando en dos frentes:
- Profesional, con actores y creadores negándose a colaborar con Disney.
- Consumidor, con llamados masivos a cancelar suscripciones a Disney+ como medida de presión.
Un debate mayor
Más allá del caso de Kimmel, la controversia plantea un debate de fondo sobre los límites de la libertad de expresión en la televisión, la autonomía creativa y el poder de las corporaciones de entretenimiento en la era del streaming.
Disney, por el momento, no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre la ola de protestas, pero la presión continúa aumentando. La decisión final que tome la compañía podría marcar un precedente clave para las relaciones entre la industria y los conglomerados mediáticos.
Nota por: Martín Venegas
